El suelo es un elemento clave en la personalidad y carácter de nuestros hogares. Por eso, y porque las opciones son ilimitadas, resulta muy difícil elegir qué tipo de suelo para casas será el más adecuado para la nuestra. En la reforma de viviendas, esta es una de las decisiones más importantes: primero, porque debe tomarse siempre pensando en un largo plazo —el suelo no es algo que estés cambiando cada año, precisamente— y, segundo, porque será determinante en el resultado final del proyecto.
Si ya has echado un pequeño vistazo a algunos catálogos, habrás podido comprobar que los acabados dependen mucho del fabricante. No obstante, existe una base muy clara y es el tipo de suelo en sí. Es importante que conozcas los diferentes tipos de suelos para tomar la decisión más acertada. Para facilitarte este paso, hemos reunido aquí los más populares tanto por su uso habitual como por sus características más ventajosas.
Suelo de madera o parquet: Un suelo de madera o parquet otorga a la casa una connotación cálida y hogareña. Es agradable tanto a la vista como al tacto. El color y la forma de las vetas dependerá del tipo de madera que elijamos: pino, fresno, nogal, roble… Como ya hemos comentado, entre los diferentes tipos de suelos para casas, este es ideal para aquellas personas que les gusta andar a pies descalzos. Su instalación es sencilla ¡y es fácil de limpiar!
Suelo laminado: Este tipo de suelos se fabrican superponiendo láminas o capas de melamina prensada u otros materiales sintéticos y, en la superficie, la impresión de una fotografía de madera, a veces pizarra, mármol, tejido textil, dependiendo del efecto que busquemos. Tienen una apariencia muy realista y son fáciles de instalar y mantener.